VOCES MIGRANTES

Cómo dice el nombre de esta columna: Los que nos fuimos, muchos, la gran mayoría la pasamos muy mal para cruzar. Gracias por esta oportunidad que nos da Lya de expresar lo que sentimos. Verá. Unos, a la primera logran el cruce, pero en mi caso, yo sufrí en el desierto sed, hambre, miedo, frío por las noches, calor durante el día y siempre la zozobra de ser aprehendido por la migra y encarcelado.

 La primera vez llegué a California, desde mi modesta Ranchería en Guerrero, de ahí me llevaron a Delaware estado donde duré cinco años trabajando en una fábrica destazando pollos pero me ganó la nostalgia y me regresé a México por mi propia voluntad.

 La segunda vez que decidí migrar lo hice por Texas y de ahí, de nuevo directo a Delaware donde esa vez trabajé en una empacadora de elotes, después injertando árboles de manzana, luego haciendo jardines. Así duré otros 3 o 4 años pero al dejar los jardines para entrar de caballerango en un hipódromo me agarró la migra y me expulsó a México. Por cierto, debo reconocer que en Delaware me hicieron la primera cirugía que necesité por cisticercos en el cerebro. Y cuando me detuvo la migra y me enviaron a prisión, se percataron que estaba yo mal, sus médicos me hicieron la segunda cirugía y ya repuesto me mandaron a México. Eso es algo que siempre les agradeceré.

 Y la tercera volví a entrar por Texas y en esa ocasión nos abandonó el coyote y caminamos dos días completos, finalmente salimos a una carretera y un camión se paró, nos dio aventón a la gasolinera más cercana. Ahí estábamos sin saber cómo salir de allí cuando llegó la migra y nos volvió a levantar…y de nuevo a México. Y la verdad ya no hice otro intento, pero cuando supe que declararon el Dia del Migrante, me dio mucho gusto que al fin se nos reconozca a todos en ese día porque caray qué padre que se nos de la importancia que de alguna manera tenemos los que hemos arriesgado todo por la ilusión de encontrar un futuro mejor.