Del municipio de Tepoztlán, se encierra entre sus habitantes una tradición fantástica de la mitología prehispánica que se conecta principalmente con la fecha de la cosecha, parte que nos lleva a conocer cada primer viernes de mayo a los niños de los viento, a los que se les conoce como Ahueques una expresión náhuatl, responsables de atraer la lluvia para alimentar la tierra de sus campos.

Estos seres son bajitos  de estatura mediana, algunos con cuerpos deformes, los pies al revés y sin la oreja izquierda, pero con carita de anciano.

Así lo cuentan los pobladores que han llegado a verlos cercanos ya que habitan en los ojitos de agua y a orillas de los apancles; como son muy traviesos se les ofrendan juguetitos de tamaño pequeño, cazuelas de mole verde, pero sin sal, papelitos de colores y para no molestarlos ,ya que si no están de humor hacen que la gente se pierda en las praderas y bosques. Es por eso que se les avisa detonando cohetes de la llegada a los ojitos de agua y los riachuelos, todo esto funciona de acuerdo con Doña Jovita, mujer centenaria que a su edad controla los diálogos y las celebraciones apoyada por cada una de las mujeres del pueblo para que a mediados de mayo la lluvia los bendiga.