Cuenta la leyenda que cuando Chimalma lo vio, puso su escudo en el suelo, así como su arco y flechas y se paró enfrente de él, desnuda, sin su escudo. Mixcóatl se quedó turbado frente a ella y su desnudez y como no sabía qué hacer empezó a lanzarle sus flechas para matarla. Pero ella las esquivó, la primera la lanzó arriba y ella movió la cabeza, la segunda le pasó por un lado y ella se inclinó hacia el otro, la tercera flecha ella la cogió fácilmente con su mano, la cuarta flecha le pasó por entre las piernas.
Mientras Mixcóatl buscaba más flechas, ella huyó, se escondió en una cueva, como no la encontraba amenazó a otras mujeres de Cuauhnáhuac que ante la furia del guerrero fueron por ella a pedirle se entregara. Ella aceptó e hizo lo mismo, se desnundó frente a él, Mixcóatl al tratar de matarla como la primera vez, volvió a fallar, por lo que al fin se unieron y concibieron a Quetzalcóatl.
Otro mito de Chimalma, es que concibió a Quetzalcóatl sin varón, que al estar barriendo halló una piedra de verde jade que se la tragó, así resultó encinta y concibió al mítico Quetzalcóatl, sin ayuda de varón. Lo que resalta de Chimalma, es que dentro de la narrativa mitológica, su historia está entrelazada como hermana con otras deidades como Coatlicue y Xochitlicue, reflejando la rica tradición religiosa de las culturas precolombinas. Chimalma es la madre de Quetzalcóatl el que por su nacimiento, también es llamado Ce Acatl Topilzin Quetzalcóatl, deidad diferente a Huitzilopóchtli y venerado por la cultura que hereda a toda una raza: “fue el dios al que se le atribuye haber encontrado el maíz que dio a la humanidad”.
Dr. Teodoro Lavin León.
Periodista, Investigador y
Dr. en Ciencias Políticas.